BIENVENIDOS !!!

Os doy la bienvenida a mi blog, donde presento una visión personal de la fauna más pequeña que se puede encontrar en Gran Canaria. Si pincháis en las fotos podéis verlas más grandes y por supuesto sois libres de dejar un comentario. Si teneis cuenta google (gmail) podeis clicar en el recuadro [Seguir], y si no, añadidme a favoritos y visitadme con regularidad. Todas las fotos están hechas en la naturaleza, bajo el código ético de A.E.F.O.N.A, con fondos naturales, sin trípode, la mayoría sin flash y todas con un procesado mínimo.

Un saludo.



Mi técnica

FOTOMACROGRAFÍA DE CAMPO

     Cada vez son más los aficionados que –gracias a la popularización de las cámaras réflex digitales– se interesan por la fotografía más cercana, es la disciplina llamada “macro”. Hablando de manera estricta una fotomacrografía es aquella en la que hay una relación de ampliación de 1:1. Es decir, que la imagen en el sensor o negativo, de un sujeto dado, tenga el mismo tamaño que éste. Esto permite que al visualizar la foto, ya ampliada en la pantalla o papel, se aprecien detalles que escapan al ojo desnudo, o bien puntos de vista inusuales e interesantes. Generalmente sin embargo, normalmente se aceptan también en esta categoría los llamados “close-up” o acercamientos, de relación menor como 1:2, ó 1:3, así como relaciones superiores, de hasta 5:1. Podemos iniciarnos en este mundo sin una gran inversión; tan sólo necesitamos una cámara y una manera de obtener la ampliación necesaria; una compacta digital puede ser suficiente, aunque una réflex nos dará más posibilidades.
En cuanto a la ampliación, existen multitud de opciones para obtenerla, muchas además se pueden usar conjuntamente:

•   Lentes de aproximación:
o   Ventajas: económicas, fáciles de usar, se puede usar varias a la vez y mantienen los automatismos de la cámara.
o   Desventajas: aberraciones, pérdida de nitidez en los bordes y reducción de la distancia máxima de enfoque.

•   Tubos de extensión y fuelles:
o   Ventajas: los tubos son económicos, pero algunos fuelles son caros; no distorsionan la imagen; se puede usar varios a la vez y los hay que mantienen los automatismos.
o   Desventajas: engorrosos de quitar, pérdida de luz considerable y reducción de la distancia máxima de enfoque.

•   Duplicadores o multiplicadores de focal:
o   Ventajas: económicos, se mantienen el enfoque a infinito y los automatismos y ofrece una gran distancia de trabajo.
o   Desventajas: pérdida de nitidez y luz.

•   Anillos inversores de objetivos:
o   Ventajas: económicos, gran posibilidad de ampliación y mantienen la nitidez.
o   Desventajas: pérdida de automatismos de la cámara; necesario control del diafragma manual, salvo en anillos macho-macho, para unir un objetivo invertido a otro en posición normal; dificultad de uso; distancia máxima de enfoque muy reducida y posible viñeteo.

•   Objetivos macro:
o   Ventajas: gran calidad de imagen; mantienen los automatismos y el enfoque a infinito.
o   Desventajas: precio medio-elevado.
o   Es conveniente una longitud focal larga para no tener que acercarse demasiado a los siempre inquietos animales, mejor a partir de 90mm (en formato completo).



     Entre los motivos a fotografiar, sólo nuestra imaginación pone los límites, sin embargo, encontramos que los más usuales y atractivos suelen ser insectos y flores, o combinaciones de ambos. Este tipo de fotografía puede realizarse en estudio o directamente en el campo. En este artículo nos vamos a centrar en la fotomacrografía de campo.
Aparte del método que hayamos escogido para obtener la ampliación adecuada, existe una serie de accesorios que nos pueden facilitar mucho las cosas en este tipo de fotografía.

•   Trípode: anula el posible movimiento de la cámara, que en las cortas distancias a las que se trabaja es crucial y muy difícil de controlar a pulso. Son mejores aquellos con columna central abatible y pies que se puedan abrir 180º, ya que nos permitirá situar la cámara cerca del suelo. Tal vez pueda resultar engorroso pues los artrópodos no suelen esperar a que montemos todo el sistema, un mono pié no es tan útil, pero sí más versátil.

•   Flash: controla la iluminación de la toma y ofrece diafragmas más cerrados, para ganar profundidad de campo, tan escasa en esta disciplina. También permite mantener una exposición corta para evitar trepidaciones y compensar la exposición en las sombras. Se debe usar con difusor pues los insectos pueden ser muy reflectantes y a cortas distancias se crea una luz muy dura. Puede usarse el flash integrado en la cámara o uno externo (mucho mejor), a ser posible con un brazo que lo aleje del cuerpo de la cámara y un cable de sincronización que nos permita variar su posición. Los mejores son los llamados twin-flash macro, que constan de dos lámparas de destello con posiciones y potencias regulables. Los flashes de anillo crean, en general, una luz muy directa y plana, pero pueden ser muy útiles para ampliaciones superiores a 1:1. El sistema TTL de medición puede fallar en distancias tan cortas, de modo que es mejor usar el flash en modo manual, regulando su potencia. Con unos parámetros dados de la cámara y distancia al sujeto y unos pocos ensayos se puede regular su potencia para obtener una correcta exposición, válida para cualquier entorno.

•   Visores en ángulo: permiten mantener una postura cómoda con la cámara cerca del suelo, algunos permiten ampliar la imagen visualizada para mejorar el enfoque.

Cuestiones técnicas a tener en cuenta

     El fotógrafo que se adentra por primera vez en esta disciplina –una vez estudiadas las reglas de la composición en fotografía–  debe tener unas nociones básicas de cómo tratar la naturaleza que nos rodea, pues más importante que la fotografía que podamos obtener es no manipular, degradar o alterar nuestro entorno y a los seres que en él habitan; personalmente procuro siempre seguir el código ético de A.E.F.O.NA (Asociación Española de Fotografía de Naturaleza).

     Una vez aceptadas estas reglas del juego, el siguiente paso es aprender a controlar el enfoque. En cortas distancias el sistema de enfoque automático suele fallar; siempre es mejor usar el enfoque manual, ya que un mínimo movimiento del sujeto o la cámara desenfocará la imagen. En el caso de animales, el foco se debe centrar en los ojos del sujeto y lo ideal es que se mantenga la nitidez en todo el sujeto, salvo que se busque especialmente un efecto de desenfoque; esto se consigue cerrando el diafragma lo suficiente según la ampliación buscada. A distancias tan cortas la profundidad de campo se reduce a la mínima expresión, por eso algunos objetivos macro llegan hasta valores de ƒ/32, cifra nada usual en otro tipo de ópticas. Para facilitar la tarea, se suelen escoger ángulos perpendiculares al eje mayor del sujeto, por ejemplo un perfil de una mariposa con las alas cerradas. Normalmente se trabaja en valores entre ƒ/8 y ƒ/16 y esto está relacionado con el siguiente punto: encuadre, bokeh y fondo.

     Dominado ya el punto anterior, es cuestión de trabajar el encuadre, fondo y bokeh de nuestras fotografías. En cuanto al encuadre son válidas las reglas generales de fotografía, sobretodo la regla de los tercios, la diagonal y la regla de la mirada. En cuanto al bokeh y fondo, el objetivo a conseguir es mantener al sujeto nítido al completo, pero aislándolo del fondo, por ello, éste no debe presentar elementos distractores. Se valoran especialmente los fondos desenfocados y suaves, hay quién gusta de los flares también. Aquellos fondos negros que aparecían en los libros de insectos cuando éramos niños, se antojan hoy muy artificiales, dando a la foto un aire poco natural, casi de estudio.
La manera de conseguir un buen fondo –siempre hablando de fondos naturales– es tratar que entre éste y el sujeto haya una separación suficiente, para que con el diafragma seleccionado éste quede difuso. Este punto depende de manera especial del entorno y lugar donde se pose el sujeto, por tanto la única opción de que disponemos es buscar el mejor ángulo posible, tanto horizontal como verticalmente y jugar con el diafragma, sin perder nitidez en el sujeto. Hay fotógrafos que utilizan fondos artificiales, como cartulinas o fotos desenfocadas impresas, que colocan tras el motivo. Personalmente procuro que todo sea natural en mis fotos, incluso el flash, que solo uso cuando no hay otra forma de obtener una adecuada exposición sin él.
Controlando estos factores obtendremos muy buenas imágenes macros, sin embargo, el punto más importante y complicado para llegar a obtener un macro realmente excelente es la iluminación, a la que dedicaré un apartado completo.

La iluminación
     Independientemente de si usamos luz artificial o natural, ésta ha de ser idealmente una luz suave y difusa, pero que mantenga las texturas en los sujetos y un contraste suficiente, pero no excesivo. En el caso de no usar flash, sino luz natural, son ideales los días nublados, o aprovechar el paso de una nube en ese momento. Las horas de luz del crepúsculo y del amanecer son muy buenas también. En Canarias, donde vivo, tenemos cada año unos días de calima, que suavizan mucho la luz del sol y también son muy aprovechables, fotográficamente hablando. Si nada de esto es posible, podemos aprovechar para realizar un contraluz, pero en cualquier caso habremos de compensar la dureza de la luz solar, iluminando las oscuras sombras que se producen, esto se puede lograr con paneles reflectores, o con el uso del flash. Otra opción es atenuar la luz con un paraguas, o situarse de forma que hagamos sombra sobre el sujeto mientras mantenemos el fondo al sol. En este caso, al encontrarse el sujeto ya a la sombra, éste carece de sombras y se pierden parte de las texturas, por lo que a veces, conviene añadir otro punto de luz. Aquí también podemos usar un panel reflector o bien añadir un toque de flash (por ejemplo, con el integrado en el cuerpo de la cámara), regulando su potencia. El valor correcto es cuestión de práctica, pues variará según las condiciones de cada foto y si usamos o no difusor. Como suele decirse, el buen flash es aquel que no se nota.
     También trataremos siempre de evitar los reflejos del sol, tan habituales por ejemplo en las alas de los insectos, cambiando el ángulo de la toma si es preciso. Si disponemos de ellos y el motivo lo permite, muchos fotógrafos hacen uso de 3 flashes, uno a cada lado iluminando el motivo y otro situado de forma que ilumine el fondo. Personalmente no dispongo de tres flashes, y la temperatura de mi entorno no suele bajar mucho, con lo que los animales no permanecen quietos el tiempo suficiente para montar tanta parafernalia, ni siquiera suelo llevar el twin-flash y me arreglo con el integrado en la cámara.

Metodología de trabajo
     Como hemos visto, son muchas las consideraciones técnicas a tener en cuenta antes de apretar el disparador; tener una metodología de trabajo estandarizada evitará que perdamos muchas fotos por haber olvidado alguno de estos detalles.

•   En primer lugar y antes de salir, comprobaremos que tenemos todo el material que vayamos a necesitar, incluidos trípode (o monopié, si lo usamos) y baterías cargadas; qué tipo de día hace en cuanto a luz, viento o posibilidad de lluvia. Es aconsejable usar ropa de colores no chillones y manga larga por si hay que tumbarse en el suelo, así como botas cómodas. No usaremos nunca colonias o perfumes.

•   Una vez lleguemos al lugar donde buscaremos los sujetos a fotografiar, comprobamos de nuevo las condiciones ambientales, así como los parámetros de la cámara: modo de exposición, sensibilidad ISO, abertura, velocidad, tipo de disparo (simple, ráfaga, bracketing), etc… para no tener que manipularlos después. Personalmente dispongo la cámara en modo M (manual) para controlar todos los parámetros: ISO 400, abertura de ƒ/11, disparo simple, enfoque manual, balance de blancos automático y formato de archivo RAW.

•   Una vez visualizado un sujeto, recordaremos su posición, pues a veces se complica volverlo a ver si desviamos la vista, y buscaremos el mejor ángulo de toma, teniendo en cuenta las premisas anteriores. Si es necesario daremos vueltas a su alrededor a una distancia prudencial.

•   Cuando tengamos el mejor ángulo, haremos una medición para fijar los parámetros correctos. Entonces iniciaremos la aproximación; para ello es mejor agacharse y moverse despacio. Si no sabemos hasta donde podremos acercarnos, podemos ir haciendo tomas a distintas distancias; de este modo si el sujeto decide irse, tendremos alguna toma.

•   Una vez a una distancia adecuada, volveremos ajustar la medición. Estimaremos el diafragma necesario teniendo en cuenta tamaño y distancia al sujeto y de éste al fondo, y ajustaremos la velocidad correcta. Si disparamos a pulso, debemos saber que dependiendo de nuestro pulso, el límite para no trepidar la foto viene a coincidir con la longitud focal del objetivo usado; esto es, para un 100mm, velocidad de 1/100s como más lenta. Si disponemos de algún apoyo (para esto vale cualquier cosa como nuestra propia rodilla) podremos alargar la exposición. Si usamos trípode el límite nos lo darán el viento presente, el movimiento del sujeto o la correcta exposición.

•   Por último, enfocaremos el sujeto, dejando el foco a esa distancia y compondremos la foto en nuestra mente. Si el sujeto se halla en una posición adecuada, dejamos el foco fijo a la distancia elegida y bascularemos nuestro cuerpo muy suavemente de atrás hacia adelante buscando el momento en que los ojos del sujeto estén enfocados y pulsaremos el disparador.

•   Si tenemos la oportunidad, comprobaremos la toma en la pantalla (si es posible ampliándola para apreciar cualquier posible fallo) y ajustaremos los parámetros de la cámara y del flash –si lo usamos– para tomar otra foto. Conviene sacar el máximo de tomas que podamos, ya que es muy difícil que la primera quede correcta. Si el sujeto lo permite podemos variar el ángulo de toma o la distancia también. Personalmente hasta 300 tomas he llegado a sacar a un mismo motivo para obtener 4 o 5 buenas fotos. Debemos tener en cuenta que de una foto que parezca buena en la pantalla de la cámara pueden descubrirse después muchos fallos al visualizarla en grande en la pantalla del ordenador.



Consejos

•   Para buscar un motivo, no hay nada como conocer su biología y costumbres, y esto lo da la experiencia, pero si nos movemos lentamente y nos detenemos a observar con detalle un arbusto o zona concreta, descubriremos multitud de seres que pasaban desapercibidos. A veces basta sentarse en un sitio y simplemente observar a nuestro alrededor.

•   A mayor acercamiento necesitaremos usar un diafragma más cerrado para mantener profundidad de campo; por otro lado, la pérdida de luz también será mayor, por lo que en grandes acercamientos el uso del flash se hace casi imprescindible.

•   Cada tipo de insecto detectará nuestra presencia a una distancia diferente, dependiendo siempre de las condiciones de luz y nivel de actividad que tenga en ese momento. Libélulas, mantis y mariposas tienen buena vista, por lo que de dar vueltas a su alrededor buscando el mejor encuadre, aconsejo unos cinco metros de radio mínimo. También deberemos realizar la aproximación con más cuidado y lentitud. En estos sujetos uso la técnica de ir haciendo tomas según me acerco.

•   Muchas veces las condiciones de disparo –especialmente, la luz disponible– no nos permitirán seleccionar el diafragma deseado; en estos casos, podemos aumentar la sensibilidad de la toma (no tanto como para que el ruido consecuente estropee la toma); sin embargo, la mejor ayuda para poder alargar la exposición será apoyar correctamente la cámara. A pesar de disponer de trípode y monopié, nunca los uso, pues prácticamente todas mis tomas están hechas mientras saco a pasear a mi amado perro Bobo, por lo que procuro ir lo menos cargado posible. Esto ha hecho que tenga que buscar alternativas para ayudar a mi pulso y el uso de mi propio cuerpo ha resultado un aliado inestimable. Apoyar la cámara o la óptica en un brazo, hombro o rodilla, pegar los codos al propio cuerpo e incluso presionar la cámara contra el rostro puede ayudarnos a mejorar la estabilidad de la captura. También podemos servirnos de cuanto encontremos a nuestro alrededor, como piedras, ramas o troncos. En mi caso cuento con una Sony Alpha 350, la cual dispone de liveview y pantalla orientable, prestación de mucha ayuda, especialmente en tomas a ras de suelo o cuando no es posible aproximarse más al sujeto.

•   A no ser que tengamos como fin la identificación del sujeto, para lo cual tomas laterales, superiores y –si es posible– inferiores serían las adecuadas, el punto de vista más atractivo, suele hallarse a la misma altura que el sujeto y es recomendable seguir la regla de los tercios y la regla de la mirada para la composición, siendo la diagonal muy usada también.

     Este artículo no pretende ser más que un inicio y mostrar las bases de lo que todo buen aficionado a la fotomacrografía de campo debería saber, será nuestra experiencia e interacción con la naturaleza que nos rodea,  la que nos vaya dando las claves para progresar. Por supuesto será una ayuda inestimable el compartir estos conocimientos con compañeros. Me considero un fotógrafo bastante autodidacta, que prefiere experimentar algo nuevo que aprender algo conocido, no obstante ha sido el aporte mutuo entre compañeros el que más me ha enriquecido y por eso estoy abierto a charlar sobre cualquier tema de los aquí esbozados con quien esté interesado. Espero que hayais encontrado algo de vuestro interés.



Un saludo.
David Marquina Reyes.
 
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